Se acabaron los sobornos fiscales en el fútbol

Hacía meses que el Gobierno de España no daba una a derechas. Despropósitos de todo tipo, desde la subida de los impuestos indirectos hasta la aprobación de la TDT de pago. Zapatero ha dado motivos para quejarse a todo el mundo. Por ejemplo, el paro sigue cerca de un aberrante 20% y la crisis no acaba de remitir a pesar de las brillantemente insuficientes propuestas del mandatario socialista.

Pero esta vez ha acertado. De lleno. El Gobierno ha aceptado la propuesta de BNG y IU-ICV y ha decidido acabar con la llamada Ley Beckham, que permitía a los futbolistas extranjeros librarse de pagar el 43% de impuestos para rentas superiores a los 600.000€ anuales, y les permitía mantenerse en un nivel impositivo del 24%. Esto, a todas vistas era una aberración y un insulto a la inteligencia colectiva. Desde la de los futbolistas españoles que sí tributan ese 43%, hasta la de los españoles de a pie que quizás ni tributan porque a duras penas llegan a tener salarios de 1.000€ mensuales.

Pero cuidado, porque la abolición de esta ley miserable y terrorífica, en vez de ser motivo de aplauso y ser considerado un acto de justicia y de decencia humana, que es lo que sin ningún tipo de duda es, ha despertado la indignación, la ira y ha enervado distintos sectores en los medios españoles.
Por poner un ejemplo suculento, esta tarde, el diario Marca titulaba así la noticia: "El PSOE quiere acabar con la Liga de las Estrellas subiendo impuestos". Acojonante. Vergonzoso e indignante. Cabe apuntar, pero, que esta postura no es gratuita, y es que dicho periódico deportivo forma parte del mismo grupo empresarial que el periódico El Mundo, de tendencias abiertamente anti-socialistas. Por ejemplo, recordemos que fue El Mundo quien instigó la teoría conspiranoica sobre el 11-M aun tiempo después de haber sucedido el atentado.

Pero que un grupo con fuertes intereses económicos y posturas contrarias a Zapatero eche mierda contra todo lo que pueda no es, por desgracia, nada nuevo. Lo realmente preocupante es que ese enfoque sibilino (que diría el gran Jordi Basté), mentiroso y malintencionado cale en los lectores.
Leyendo comentarios en el mismo medio citado anteriormente, uno se encuentra con bilis y esputo por todas partes. Es gente de a pie, gente probablemente incluso mileurista, la que en vez de alegrarse porque dejan de mearse en su boca, se queja del gobierno por atacar al interés nacional que supone el fútbol. Porque ésta subida de impuestos, supuestamente según unos cuantos, provocará que la liga española pierda fuelle respecto al potencial de otras ligas europeas.

Este que arrancaba ahora es otro punto interesante. A mí, personalmente, que la liga española esté por debajo de la liga de Inglaterra o la liga de Italia me la trae al pairo. Y mucho cuidado, porque achacar esa posible pérdida de peso a la abolición de la ley es enfocar mal el asunto. Si la liga española, en iguales condiciones fiscales que la italiana y la inglesa, pierde interés será que tiene un nivel realmente inferior a éstas. Y eso no debía arreglarse permitiendo que los futbolistas extranjeros abulten sus ya sumamente acaudaladas cuentas. No se arregla sobornando fiscalmente a los grandes cracks mediáticos para atraerlos a España.

Todas estas críticas son, sin duda, una enfermiza teoría lanzada por las grandes empresas, que se juegan mucho dinero en los derechos televisivos y las audiencias. Es únicamente a quien entiendo que pueda preocupar este posible bajón de potencial. Ojo, que lo entienda no significa que lo justifique o que me importe lo más mínimo, pues por todos es sabido que, por ejemplo, Jaume Roures, jefazo de Mediapro, no vive precisamente debajo de un puente.

Por favor, una vez más, no dejemos que nos engañen. Los grupos mediáticos, los mass media, cada vez más desinforman y manipulan descaradamente más que otra cosa. El periodismo, la información es, ya a menudo, algo secundario o extremadamente supeditado a los intereses económicos del grupo que maneja el medio. Ya sea Prisa, Zeta, etc. Y para ilustrarlo podría remitirme al conflictivo caso de GolTV, pero eso daría para otro artículo entero, así que lo dejo para otra ocasión.

Para citar una última repercusión de la noticia, quiero apuntar que la reacción de la Liga de Fútbol Profesional no se ha hecho esperar. Ya han amenazado con suspender el campeonato el próximo año. No quiero perderme en un nuevo vendaval de ataques e insultos hacia la gente de la LFP, pero ya podéis suponer lo que opino y sería redundar en lo mismo.
Aún así, es interesante destacar la dureza de su postura, aunque sea de pasada, para hacerse una idea global del conjunto de despropósitos y declaraciones desafortunadas que ya ha generado y que continuará generando la única decisión acertada que ha tomado el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en meses. O quizás en años. Ojalá todos los problemas de país fueran el fútbol, oiga.