Pero todo este proceso deja, a todo buen demócrata, un saborcillo amargo, ha dejado, a la vista de todos, un poso preocupante en un delicioso café a media tarde. Se trata de la reaparición de dos especies que la ciencia creía ya extinguidas con el franquismo (no sólo se descubren nuevas especies en los lugares más remotos del planeta, como en los inexplorados bosques de Papúa Nueva-Guinea o como podrían aparecer también en los numerosos “mundos perdidos” de los tepui venezolanos): el fascistis salmantinus y el fachetus vallisoletanensis.
Si bien es cierto que el aumento de la audiencia del infame programa del funesto periodista don Federico Jiménez Losantos (que cuenta en su programa con la presencia de reconocidos demócratas como don Pedro Jota Ramírez, don César Vidal, José Antonio Abellán o el experto que el PP mandó al congreso de los diputados para afirmar que los homosexuales nacen en el sino de familias desestructuradas (padres maltratadores, madres bebedoras, etc.) como contertulios) ya era un lamentable indicador de que, desafortunadamente, el discurso apocalíptico del Partido Popuaznar, liderado por el siempre dialogante (o por lo menos con esa etiqueta fue designado sucesor de don José María) “Marianico El Largo”, está calando, no solamente en el electorado del propio partido, sino que también lo está haciendo en las masas indecisas, convenciéndolas, con falsos argumentos, de que España se va al garete en manos de los rojos (que calificar de rojos a los líderes del PSOE no puede menos que obligarnos a esbozar una leve sonrisa a modo de sorna).
Para empezar habría que definir que demonios es lo que unos y otros llamamos España, puesto que para unos se trata de la patria (que tiemble Iu Forn), para otros el mero nombre que recibe el suelo donde viven y trabajan (y todo este discurso y toda esta palabrería es fácilmente extrapolable al concepto de Catalunya, ya ni siquiera incidiendo en el debate sobre el nombre que debe recibir la pobre) y para otros se tratará de un concepto filosófico y personal difícilmente al alcance de las masas.
Una vez definido el concepto de España habría que debatir como queremos configurar el estado, si queremos una España democrática o totalitarista (posibilidad que creo que todos los seres civilizados del país coincidiremos en rechazar), monárquica o republicana, un estado centralista, autonómico, federal o si queremos impulsar un nuevo modelo de estado (posibilidad francamente remota teniendo en cuenta la pasividad, falta de liderazgo y de capacidades de la clase política actual, carencias que contribuyen al desentendimiento juvenil y a la pesadez del discurso político de nuestros días en general).
Pero el problema no reside solamente en el modelo de país a elegir, el problema de fondo es que todavía tardaremos muchos años en erradicar los restos del fascismo franquista, esparcidos por todo el territorio nacional a modo de pequeños reductos que conforman lo que popularmente se conoce como: la España profunda, que, señores, es muy profunda. Y el PP seguirá aprovechándose de ella, absorbiendo y absorbiendo votos, legislatura tras legislatura (conscientes que son realmente muchos millones de votos), aunque eso suponga liquidar las partidas sociales. a fin de recuperar la economía con tal de vender un falso liderazgo de España en el mundo y retrasar el tan imprescindible desarrollo del país (si es que algún día queremos alcanzar el promedio de la Unión Europea en temas de sanidad, educación, cultura, investigación y desarrollo…) pero queda mucho camino por recorrer hasta lograrlo y este camino, en España, está lleno de pedruscos, cabras y diputados del Partido Popular.
Marcel Sanromà Rovira
Barcelona, 8 de marzo de 2006
Sum 41 - The Hell Song (live)
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