miércoles, 14 de octubre de 2009

Gayzone y la muerte natural

La madrugada del lunes al martes, en un punto horario de Onda Cero, escuché a un corresponsal desplazado a Mallorca asegurar que la muerte de Stephen Gately, voz secundaria del grupo de teen pop Boyzone (vamos, una basura) se produjo ''de forma natural tras una noche de fiesta". Literalmente. Lo apunté y todo.

Mira, mamonazo, no sé si felicitarte por tu cinismo estelar o pedir que te despidan hoy mismo y te amputen los brazos para que no puedas volver a escribir, y eventualmente, locutar, una sandez similar en tu puta vida. Reconozco que era tarde, sí, pero me juego mis sagradas bolas a que ese texto no lo escribiste cinco minutos antes de entrar en antena. Ah, perdón, voy a explicarlo para quien no lo sepa. Gately murió, al parecer y, en cualquier caso, a lo que se refería la noticia, ahogado por su propio vómito. Las informaciones indican que lo intentó expulsar mientras se encontraba durmiendo boca arriba en la cama.
Mágicamente grotesco. Lo que querais llamarlo. Pero no natural. En la vida, joder, en la vida eso ha sido una muerte natural. Y sinceramente, a pesar de los tétricos y dantescos derroteros por los que rápidamente se escurren las vidas de la juventud de hoy en día, dudo que jamás eso llegue a ser considerado por los estándares periodísticos y sociales una muerte natural.

Ah, lanzo un último dardo por si las moscas. Si usted se refería a causas naturales, hablando de las consecuencias físicas del accidente, y que los daños producidos por las mismas pueden considerarse, efectivamente, naturales (cosa que no niego que técnicamente sea acertada)... haberlo explicado bien, capullo.

Por cierto, el chaval este era un poco una dantesca y tétrica mezcla entre Travolta y Swarzenegger, ¿no os parece?

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