
Blanqueo de dinero. Cohecho y tráfico de influencias. Estos son los cargos que pueden pesar contra Bartomeu Muñoz, alcalde de la siempre muy socialista población de Santa Coloma de Gramenet, contra Macià Alavedra i Lluís Prenafeta, ex altos cargos de diversos gobiernos durante la era Pujol en la Generalitat, y contra diversas personas más, entre las cuales se encuentra el ex diputado socialista Luís García.
¡Todas putas! Exclaman hombres asqueados y amedrentados por la edad y las experiencias alrededor del mundo en lúgubres tugurios entre humo de Ducados, tragos de vino y whisky. Yo reivindico el todas putas para la política, nada nuevo, lo sé, pero no conviene olvidarlo. La sociedad tiene derecho a gritar lo mismo en ídenticos tugurios. ¡Mira estos del Partido Popular qué ladrones! Y mirad estos del PSC, estos de CiU (no olvidemos las conexiones de la fundación del partido, la Trias Fargas, con los donativos de Fèlix Millet -y, cuidado, que aún se atreven los convergentes a comparar el desfalco de Millet con el dispendio de los informes encargados por Montilla, para morirse de risa o de verguenza-), y los que estén por venir.
Generaciones de políticos podridas por la corrupción del espíritu de la constitución y el café para todos muy mal entendido. Muchas detenciones tienen que acaecerse todavía para que las oficinas queden suficientemente limpias para que la política pueda renovarse no sólo con caras nuevas y la buena voluntad vuelva a instaurarse como hizo treinta años atrás. Tanto gilipollas y tan pocas balas. Mucho tienen que cambiar todavía las cosas para que España deje de ser un país de tercera. Con mucha más profundidad, rabia y pesar digo hoy que Europa empieza en los Pirineos. Puta mierda.
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